Importancias

miércoles, 12 de septiembre de 2012

―¿De qué quieres hablar hoy? ―preguntó su compañera con una mirada de curiosidad mientras trataba de espiar por encima de su hombro. No obstante, no estaba recibiendo respuesta y luego de algunos minutos de insistencia, ya se estaba empezando a molestar.

―No quiero hablar de nada ―susurró con un tono de voz claramente enfadado―. Tengo cosas que hacer, por favor, déjame sola. ―La miró sorprendida por aquella frialdad tan pco característica, pero bajó la cabeza y dio un paso atrás con cierto dolor.

―Está bien, lamento molestarte ―dijo con un hilo de voz sentido e inseguro. Rápidamente ella se dio cuenta de su error y con el corazón acongojado por lo que había hecho, se levantó apresurada y colocó ambas manos en los hombros de su acompañante.

―No, yo lo siento. ―Cerró los ojos y limpió con uno de sus dedos las lágrimas que querían caer de sus ojos―. Perdóname. ―Trató de sonreír, pero su culpa solo hizo que lograra formular una mueca extravagante―. ¿Qué tal si te sientas conmigo? A veces olvido que siempre estás ahí de pie tras mío.

La chica sonrió y con movimientos entusiasmados comenzó a revolver los papeles que estaban sobre el escritorio y que no tenían mayor importancia. Tenía muchas cosas de las que hablar, pero no quería hablar de ninguna. A veces le daba demasiada relevancia a simplemente hablar y gritarle al mundo todos los pensamientos que tenía y las historias que creaba... y olvidaba que las palabras más importantes son aquellas que dedicamos a la personas que queremos.

«Esa es una buena, cursi, asquerosa y decente frase para comenzar a escribir algo», pensó con una sonrisa sarcástica. Sí, no estaría nada de mal empezar algo así. Observó a su acompañante que la esperaba con una sonrisa ilusionada.

Pero tendría que esperar.

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