Y no puedo escribir hoy

sábado, 3 de octubre de 2015

No puedo escribir hoy. ¿Por qué? Porque soy una puta vaga. Porque la chispa se está pudriendo dentro de mí. En lugar de apagarse lentamente, está ardiendo y marchitándose al mismo tiempo. Quema, pero no da calor, no da luz, no obsesiona, solo arde, solo duele y atenaza. Quizás tema que vaya a hacerse cenizas y que mi mente se convierta en los restos de un jardín quemado. Quizás tenga miedo. ¿Cuándo no lo he tenido?

Quizás nunca ardió demasiado en primer lugar. Quizás es solo como la llama titubeante de una vela. Arde y duele si le acercas la yema de los dedos. Pero no es capaz de incendiar una casa. No es capaz de encender un bosque. Y al final, la cera se agota y el fuego se apaga. Porque nunca tuvo más, porque, aunque ardiera todo lo que tenía, no era suficiente. No puedo escribir hoy. Y mañana… El mañana es siempre prometedor por las noches. Susurra promesas entre las sábanas tibias. Protege mientras haya oscuridad, acaricia mis sueños. Luego amanece y el mañana se convierte en hoy, en un hoy que… quizás mañana sea mejor, ¿no?

Es fácil hablar de uno mismo. Sin más. Sin barreras, solo expulsando palabras. ¿Qué sentido tiene? Nadie leerá. Es solo un ejercicio patético, rellenar el silencio con una voz cansada. Pero soy solo yo y no puedo ser nadie más. No hoy. Y quizás tampoco mañana. Quizás siempre fui solo yo. Y quiero salir y dejar de serlo. Romperme y construir una marioneta con los pedazos más grandes. Ser yo en otro. En un otro que no existe, que es mejor, porque es nada, porque puedo destruirlo cien veces y seguirá estando allí si yo lo digo.

No puedo escribir hoy. Pero lo hice, aunque haciendo trampas, porque esto no cuenta, esto no vale, esto no existe, esto no. Son solo palabras. Solo eso. Solo palabras, artificios inventados que nada significan, que son cera derretida. Quizás siempre fue una gran trampa. 

Pero… quizás adentro aún no haya llegado la fecha de vencimiento. Quizás la vela esté empapada de gasolina, quizás sea una bomba con los cables torcidos. 

Quizás mañana pueda escribir. Hoy lo hice, ¿verdad?
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